Mitigación del siniestro
Una respuesta rápida empleando los procedimientos adecuados de secado reduce al mínimo la necesidad de reparaciones y la pérdida de bienes.
Independientemente del tipo de avería; rotura de una tubería, manguito, radiador, inundación u otras causas, una actuación rápida es fundamental para parar el daño. Esta actuación implica no solo secar y limpiar el inmueble, sino también el tratamiento de todos los materiales porosos y semi porosos (como textiles, alfombras, pladures, yesos, etc) que pueden retener el agua y producir perjuicios mayores.

Nuestras principales técnicas de mitigación del daño:
Eliminación de la fuente de la fuga
Como primera medida hay que eliminar el origen de la fuente de la salida del agua.
Determinar la magnitud del daño y el tipo
Se inspeccionará la propiedad y evaluará qué tipo de daño ocurrió, dónde ocurrió y cuál es su dimensión.
Evaluación del daño
En esta fase se clasifica el tipo de agua, en categoría 1, 2 o 3, de menos a más contaminante, e incluye la valoración de qué elementos son recuperables o se tienen que desechar.
Extracción de agua
Retirada del agua de las superficies dañadas usando bombas sumergibles y equipos de aspiración.
Secado
Una vez que el exceso del agua se elimina, el resto que queda retenido en los materiales se traslada al aire, acelerando este proceso utilizando ventiladores, tanto en el contenido como en el continente.
Deshumidificación
Se elimina la humedad del aire usando dos métodos: condensación mediante su enfriamiento, o con filtros desecantes.
Control de temperatura
Controlando la temperatura en el área afectada reforzamos la evaporación y la deshumidificación, reduciendo además el riesgo de proliferación de microorganismos.
Desinfección
En caso de que sea necesario, se aplicaría un desinfectante para eliminar la contaminación.